[Reseña] «Powers, ¿Quién mató a Retro Girl»: Los poderes no hacen al héroe

Con títulos como Vengadores Desunidos (2004), Dinastía de M (2005), Ultimate Spider-Man (2000), Invencible Iron Man (2018) y Defenders (2018) bajo su alero, no sería exagerado catalogar a Brian Michael Bendis como uno de los principales arquitectos del universo Marvel, tal como lo conocemos hoy en día. El escritor, oriundo de Cleveland, quien se prepara para su llegada a DC Comics este año, ha estado vigente más de una década en la casa de las ideas generando historias que han sido vitales para la popularidad que hoy la mantiene en pie.

En la reseña de hoy nos remontamos 18 años atrás, para revisar «Powers: ¿Quién mató a Retro Girl» (2000), cómic guionizado por Brian Michael Bendis antes de su llegada a Marvel, para el sello independiente Image, junto con el artista Michael Avon Oeming (The Mice Templar, 2007-2015). La edición compilatoria de Panini Comics, publicada el año 2011 reúne en su primer tomo seis números que componen el primer arco argumental de una historia visionaria, que a ratos hace olvidar al lector su longeva existencia.

Sinopsis: «Panini recupera la mítica colección creada por Bendis y Oeming desde su comienzo. Si hasta ahora no conocías Powers o si todavía no habías disfrutado de las primeras y revolucionarias historias de esta serie, aquí tienes una oportunidad que no puedes dejar escapar. Héroes que se deslizan por los cielos entre rayos y fuego. Villanos que llevan a cabo robos a plena luz del día. Criaturas alienígenas que luchan entre sí en monumentales batallas… Y abajo, en la ciudad, el detective de homicidios Christian Walker tiene un trabajo que hacer: descubrir quién asesinó a Retro Gril, la superheroína más popular del mundo.»

La historia de Powers: ¿Quién mató a Retro Girl? gira en torno al detective Christian Walker, un «aparente» ciudadano común que ejerce la labor de detective de homicidios en una sociedad llena de humanos con poderes y visitantes de otros mundos. Walker sin embargo, se especializa en los delitos que involucran poderes, y es así que, junto a su compañera Deena Pilgrim, se le asigna la tarea de averiguar quién asesinó a la poderosa y queridísima Retro Girl.

Bajo esta premisa, la historia ideada por Bendis se mueve con agilidad dentro del estilo policial, que sin dudas le acomoda al autor. Las ilustraciones oscuras de Oeming potencian esta narrativa, entregándole al lector una historia dramática que integra tintes de un divertido humor negro con el fin de no ser demasiado densa.

Este humor negro saber sacar provecho de la trama, satirizando así de manera constante la situación en que se encuentran los protagonistas es decir, intentando establecer el orden en una sociedad donde abundan poderosos individuos, casi dioses. Además de generar humor (un tanto critico, lo que se agradece) esta insignificancia funciona como una característica con la que el lector podría sentirse fácilmente identificado.

Pero no todo es humor en este cómic, ya que esa misma sensación de insignificancia es la principal fuente con la que se alimenta el drama presente en la historia. Retro Girl fue una heroína muy querida y sumamente poderosa; el ideal del héroe norteamericano, y su asesinato conmueve a la nación entera. Entonces, ¿cómo dos policías comunes y corrientes pueden enfrentar el desafío de averiguar quién la mató? Los medios de comunicación -burdamente sensacionalistas-, la sociedad -con matices muy claras de distopía-, y Christian Walker y Deena Pilgrim son los protagonistas de un cómic en donde el humor y el misterio se conjugan para entregarle al lector una historia sagaz y que no se siente para nada fuera de época, a pesar de haber sido escrita hace más de diez años.

En resumen, Powers: ¿Quién mató a Retro Girl? es una publicación visionaria, que gracias a la brillante mente de Brian Micheal Bendis ha sabido envejecer de muy buena manera. En sus páginas, llenas de personajes terriblemente humanos, podemos encontrar una historia alejada de universos cohesionados y de compromisos editoriales, lo que permite dar rienda suelta a la critica social y un alejamiento a los tópicos clásicos del cómic norteamericano. Recomendada para lectores aficionados que buscan una excelente historia para leer y para aquellos que buscan algo un poco más experimental, entre tantas máscaras y capas.

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