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Estando ya en pleno 2018, es certero decir que una premisa que gira en torno a personajes que se encuentran en búsqueda de encontrar sus raíces biológicas no es nada nuevo en el mundo del cine. Ya lo hemos visto en éxitos como lo fueron el drama «Un Camino A Casa» (Lion) en 2016, la comedia dramática «Philomena» en 2013, y la comedia «Una Familia Numerosa» en ese mismo año; por lo que volver a trabajar una historia similar, requiere tratar dicho tema de una manera creativa o novedosa que nos permita gozar de algo inesperado, sea en cuanto risas o a emociones fuertes. La nueva comedia «¿Quién @#*%S es mi papá?» («Father Figures»), lamentablemente falla en este cometido.
Sinopsis: Dos hermanos (Ed Helms y Owen Wilson) creían que su padre había muerto cuando ellos eran muy jóvenes, pero muchos años después descubren que era una mentira. Ahora ambos se embarcan en un viaje por carretera para encontrarlo.
El problema de «¿Quién…» no es por una falta de talento (por el contrario, es sorprendente el nivel de artistas de categoría involucrados en la película), sino porque la cinta tiene una clara crisis de identidad respecto de lo que quiere ser, ya que a momentos pareciera ser que quiere apostar por ser una comedia subida de tono, y en otros, una comedia dramática con serias reflexiones respecto de lo que realmente define a una familia. Lamentablemente, es la falta de compromiso con cualquiera de estos dos tonos de género, que hace que la película nunca se desempeñe bien en uno o en el otro.
La travesía de los hermanos interpretados por Ed Helms (la trilogía de «¿Qué Pasó Ayer?») y Owen Wilson («Extraordinario»; «Los Rompebodas») carece de una verdadera tensión (emocional o cómica), ya que ambos personajes no tienen realmente mayor dimensionalidad que tan solo una característica particular; uno es compuesto, reservado y anticuado, mientras que el otro es liberal, poco comprometido e irresponsable, y para cuando ambos aprenden a convivir el uno con el otro, nunca hay un verdadero punto emotivo que ayude a sentir la transición y evolución de ambos; lo cual es una lástima, porque la película si demuestra una muy buena química entre ambos actores, y resulta muy creíble su relación como hermanos.
Asimismo, el enfoque cómico principal que son todos los posibles padres de los protagonistas, tampoco funciona bien, dado que ninguno de dichos personajes tiene suficiente tiempo en pantalla como para ser definidos como personajes que incidan en la travesía de los personajes, sino que se sienten más como personas que van para dar pie a unos pocos chistes, y luego se van al momento de revelar que ellos no podrían ser los padres por alguna u otra razón. Es la prolongación de esta rutina, lo que hace que la historia se vuelva predecible, y que uno no pueda aspirar a más que uno que otro chiste gracioso (se pudo haber sacado mucho más del curiosamente carismático Terry Bradshaw, el siempre chistosamente enojado J.K. Simmons, y especialmente del hilarantemente bizarro Christopher Walken).
Para resumir, «Quién @#*%S es mi papá?» es una película que realmente decepciona por no alcanzar el potencial que tiene en vista del talentoso reparto con el que cuenta. Así también puesto que no se define como netamente una comedia o como una comedia dramática, no se atiene a buenos chistes de alto calibre, ni a un humor bajado tierra y humano, por lo que queda como una comedia redonda que puede entretener a quienes sean menos demandantes en una ida al cine.
«Quién @#*%S es mi papá?» ya está disponible en las salas de cine de nuestro país desde el 1ro de marzo.
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