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Cuando Disney adquirió los derechos de Star Wars en 2012, los fanáticos quedaron emocionados con la cantidad de posibilidades que ello posibilitaría para la franquicia; en especial después del increíble comienzo del MCU (Marvel Cinematic Universe) después de que la «casa del ratón Mickey» adquiriera la propiedad de Marvel en 2009. No tomó mucho tiempo para ver que Disney tenía grandes planes para este universo de culto, y fue entonces que tan solo a un año de estrenar la nueva trilogía Star Wars (partiendo con «El Despertar de la Fuerza«), se anunció también que este mundo sería expandido al mismo tiempo en una serie de historias antológicas, paralelas a la linea narrativa de la saga principal. «Rogue One» es la primera entrega dentro de esa serie, la cual prometió contar una historia nueva y completamente diferente; que se adentraría en aspectos nunca antes vistos dentro de la saga…me es grato decir que esas promesas fueron más que cumplidas.
Sinopsis: Lucasfilm presenta ROGUE ONE: UNA HISTORIA DE STAR WARS, la primera de una serie de películas independientes de Star Wars, que trae una nueva y épica aventura. La película sigue la historia de un grupo de héroes improbables, quienes en un momento de conflicto se unen en una misión para robar los planos de la Estrella de la Muerte, el arma de destrucción más poderosa del Imperio. Este acontecimiento clave en la línea de tiempo de Star Wars reúne a gente común que elige hacer cosas extraordinarias y, al hacerlo, llegan a formar parte de algo más grande que ellos mismos.
El director Gareth Edwards («Monsters«; «Godzilla» (2014)) trae a la vida lo que es, no tan solo una increíble aventura de Star Wars, sino también un respiro de aire fresco completamente nuevo para la franquicia, en todas las formas que hemos esperado desde hace ya tanto tiempo. Si bien «El Despertar de la Fuerza» fue una cálida bienvenida de regreso a la esencia nostálgica de la trilogía original, no hay que negar que narrativamente fue una película que escogió moverse por lo ya conocido, y si bien su innovación se basó en personajes sumamente carismáticos y un mundo visual cautivante; la historia no destacó en cuanto a su novedad. Edwards en cambio, nos trae una historia cuyo tono nos devuelve a ese impacto oscuro y sabor amargo que sentimos tras haber visto la icónica «El Imperio Contraataca«. Sí, me atrevo a hacer esa afirmación.
El mundo que vemos en «Rogue One» es la cara de la moneda que nos faltaba por ver; y que en lo personal siempre sentí que faltó a lo largo de toda la saga (precuelas incluídas): el plano directo de la guerra intergaláctica.
Nos sumergimos dentro del mundo civil; los planetas asediados por el totalitarismo del Imperio, y con ello vemos las distintas facciones rebeldes de la Alianza, incluyendo a los grupos extremistas. Se pierde el matiz de blanco y negro que se tenía en las película originales, donde el Imperio era el mal y la Alianza era el bien; aquí se nos presenta un mundo completamente dividido, destrozado por el fascismo político, hasta el punto donde incluso los mismos rebeldes son capaces de todo para poder ganar la batalla, incluyendo asesinar a los suyos si es que ello implica evitar que el bando opositor lleve la delantera. Nadie está libre de pecado; no hay reglas; y hay más grises oscuros que claros; así son las guerras.
Otro aspecto notable que ayuda a traer esta realidad a la vida, es el nivel de producción en cuanto a escenarios, fotografía, vestuario, y efectos especiales (tanto prácticos como de computadora). Absolutamente todo en esta película se ve más lúgubre, sucio, opaco, y crudo; desde los llanos extensos de nada más que tierra árida y roca, hasta los abatidos Stormtroopers cuyas armaduras están cubiertas de tierra. Hay un reflejo de gente que está completamente destruida; de lugares que si bien en un momento fueron prósperos, ahora no son más que antros de decadencia; las personas ya no viven, sino que se esconden donde puedan para sobrevivir. Nada es reluciente; las naves muestran un cierto óxido, sus raspones, sus dejos de aceite; las armas tienen su desgaste; etc… hay una atención muy grande a los detalles, para demostrar cómo la guerra ha cobrado su deuda con el paso del tiempo.
Asimismo, el guión fluye excepcionalmente bien, sabiendo perfectamente cómo retomar el paso justo en los momentos en que uno cree que va comenzar a enlentecer; y asimismo, a pesar de tener un sentido del humor balanceado, no pierde una tonalidad seria y violenta a lo largo de toda la película; la cual para el final dejará a muchos con un sabor agridulce en la boca, pero también con un sentimiento sumamente emotivo, que da definitivamente sentido y razón de ser a que su continuación se llame «Una Nueva Esperanza«.
La acción destaca bajo una dirección notable, que no da más respiros que los necesarios, para crecer exponencialmente a lo largo de la película con cada instancia. Lo que parte de manera simple en un principio, termina escalando en un tercer acto que no dista de ser una de las mejores puestas en escena de toda la franquicia de Star Wars. Les aseguro que el asedio rebelde a la base imperial en el planeta Scarif, será un momento que todo fanático de la saga jamás irá olvidar, de principio a fin.
Ahora, si bien la película ha demostrado ser una entrada digna dentro de este universo, no dista de tener sus problemas. En este caso, su mayor falla radica en sus personajes, dado que son muchísimos los protagonistas y secundarios que forman parte de este escuadrón de rebeldes, y por consecuente, no logran una caracterización apropiada que esté al nivel de las películas anteriores. Con excepción de la notable Felicity Jones («La Teoría del Todo«; «Inferno«) como Jyn Erso, el carismático droide K-2SO, interpretado por el siempre hilarante Alan Tudyk («Pelotas en Juego«; «Muerte en un Funeral«), y Ben Mendelsohn («Matarlos Suavemente«; «La Última Apuesta«) como el antagonista principal, el docto Director Orson Krennic; el resto de los personajes se quedan en un plano más estático, en donde si bien tienen un protagonismo que resalta con el heroísmo e inteligencia propios de héroes y anti-héroes; caen en el problema de carecer un trasfondo más emotivo; lo cual es una pena siendo que el año pasado encontramos a personajes sumamente interesantes como lo eran Rey, Finn, Poe Dameron, y el mismísimo Kylo Ren; y asimismo, hay que considerar la inclusión de talentos notables como lo son Mads Mikkelsen («Casino Royale«; «Doctor Strange«) y Forest Whitaker («El Último Rey de Escocia«; «La Llegada«), que no son utilizados al nivel del potencial que estos actores tienen.
Para resumir, «Rogue One» es una entrada notable dentro de la franquicia de Star Wars; que destaca no necesariamente por su narrativa, sino por su reflejo de una dimensión nueva que nunca habíamos visto antes dentro de este mundo, y que es mucho más oscura y violenta a la que estábamos acostumbrados a ver en estas películas, tras no haber podido experimentar nuevamente una tonalidad similar a la de «El Imperio Contraataca«. Llena de increíbles logros de producción, desde los efectos visuales hasta los escenarios; la primera entrega en la saga de historias antológicas de este mundo demuestra el sinfín de posibilidades que hay a futuro para este universo, y asimismo, comprueba que es muy probable que aún no hemos visto lo mejor que esta galaxia muy muy lejana tiene para ofrecer. La fuerza es fuerte en esta.
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