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Cuando se trata de universos fílmicos de superhéroes, es bien sabido que Marvel es la propiedad que va a la delantera, con un arco narrativo bien definido que tiene a todos sus icónicos personajes cohesionados en una gran cruzada histórica. DC intentó hacer lo mismo de una manera más apresurada, logrando resultados con diversos altibajos que hicieron casi una norma del hecho que el DCEU (DC Extended Universe) no ha logrado realmente alcanzar el potencial que debería. Sin embargo, desde que «La Mujer Maravilla» vio luz en 2017, ese paradigma tuvo un cambio rotundo cuando finalmente se demostró que no era necesaria la pretensión de tomar este mundo de superhéroes de una manera tan seria. Fue así que un año después siguió el rotundo éxito que fue «Aquaman», y es ahora, para el agrado de muchos, que DC logra mantener su racha con la llegada de «Shazam!» a la pantalla grande.
Sinopsis: Todos llevamos un superhéroe dentro, solo se necesita un poco de magia para sacarlo a la luz. Cuando Billy Batson (Asher Angel), un chico de acogida de 14 años que ha crecido en las calles, grita la palabra ‘SHAZAM!’, se convierte en el Superhéroe adulto Shazam (Zachary Levi), por cortesía de un antiguo mago. Dentro de un cuerpo musculoso y divino, Shazam esconde un corazón de niño. Pero lo mejor es que en esta versión de adulto consigue realizar todo lo que le gustaría hacer a cualquier adolescente con superpoderes: ¡Divertirse con ellos! ¿Volar? ¿Tener visión de rayos X? ¿Disparar un rayo con las manos? ¿Saltarse el examen de sociales? Shazam va a poner a prueba los límites de sus habilidades con la inconsciencia propia de un niño. Pero necesitará dominar rápidamente esos poderes para luchar contra las letales fuerzas del mal que controla el Dr. Thaddeus Sivana (Mark Strong).
«Shazam!» es probablemente uno de los aciertos más imprevistos y bien logrados del DCEU, al ser una apuesta refrescante y bien pensada que se define sin dudas como una de las películas de superhéroes más originales y carismáticas del último tiempo, gracias a su determinación en ser una cinta que busca captar la esencia del superheroísmo que todos amamos a través de la perspectiva más pura que se puede tener: con ojos de niño.
El director David F. Sandberg, quien se había vuelto ya un ícono importante dentro del cine del terror gracias a los éxitos que fueron sus únicas dos películas, «Cuando las luces se apagan» y «Annabelle: La creación», logra con «Shazam!» algo que muy pocos cineastas -especialmente con la breve experiencia que tiene- han podido lograr en su carrera, y eso es, crear una cinta que se sale de su género predeterminado, y no solo logrando crear un producto competente, sino uno que destaca como algo único y que está por sobre sus pares del género.
Incluso aquellos que amamos hasta los huesos al MCU (Marvel Extended Universe), sabemos admitir que tienen una que otra película que se pega a una fórmula común que no toma riesgos; en esta ocasión, el DCEU vuelve a repuntar en la carrera ya que «Shazam!» toma todas las apuestas necesarias en los aspectos que no esperábamos, donde la historia no es realmente el punto, sino la experiencia de ver a un personaje crecer y vivir ese crecimiento con él de la manera más entretenida e inocente posible.
El tremendo guión de Henry Gayden se ve elevado por las tremendas elecciones de reparto, especialmente por el increíblemente acertado Zachary Levi («Enredados»; «Thor») como el titular superhéroe, que es probablemente uno de los personajes más entretenidos y carismáticos que se han visto en la pantalla grande en mucho tiempo. Es difícil no empatizar y gozar con un súper que ve el mundo con ojos de adolescente y saca provecho de cada estupidez absurda que -tal vez con un poco de vergüenza- debemos admitir que nosotros haríamos de haber contado con esas habilidades en nuestros años mozos.
Asimismo, todo gran héroe necesita de buenos aliados, y en esta ocasión tenemos otra decisión muy acertada en lo que es probablemente una de las tareas más difíciles en cualquier casting: tener buenos niños y adolescentes actores. Jack Dylan Grazer («It: Capítulo 1»; «Beautiful Boy») como Freddy Freeman es sin duda alguna uno de los mejores personajes infantiles en cualquier película de superhéroes. Su entusiasmo febril y fanatismo hiperquinético por los héroes enmascarados es un deleite de ver en pantalla, especialmente para quienes compartimos esos mismos ideales con una fuerza impenetrable en nuestra juventud.
Mark Strong («Sherlock Holmes»; «Kingsman: El Servicio Secreto») como el malvado Dr. Thaddeus Sivana es uno de los aspectos más neutrales de la película. Si bien el actor trae a la mesa su tremenda presencia y despliegue de intimidación y buena caracterización, la verdad es que su personaje se ve algo reducido en los estereotipos ya que se le da una motivación bastante ligera, y se ve opacado por lo que es en mí opinión, la única opción desacertada en la cinta, que es hacer que su personaje funcione en base a otros que son menos interesantes que él, que serían en este caso, unas esencias hechas por computadora que representan a los siete pecados capitales. Para un villano que resulta icónico en los cómics, llega a ser un poco decepcionante tener un antagonista tan neutral en la vida real. Es funcional y pasable (hasta mejor que varios en el DCEU), pero creo se podría haber hecho más.
Dentro de todo, «Shazam!» es una de las sorpresas más gratas y entretenidas que se han visto en el mundo de superhéroes de DC. Con un humor impecable e inocente, y una perspectiva novedosa y muy necesaria en este género, la película sacará carcajadas y tocará todos esos puntos nostálgicos que nos recuerdan lo entretenido que era fantasear con ser un superhéroe y todas las carismáticas irresponsabilidades que habríamos querido hacer. Una cinta imperdible en la pantalla grande que sin dudas será para muchos una de las mejores de este 2019.
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