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La noticia de que la cinta Sicario, dirigida por Denis Villeneuve (Bladerunner 2049), tendría una secuela me tomó por sorpresa hace un tiempo atrás. Me dije que había que tener cuidado con las expectativas respecto a esta segunda entrega, ya que sin su director original y con Hollywood detrás tratando de ganar dinero a toda costa me pareció dudoso el resultado que el filme pudiera tener. Cuando salí de la sala me di cuenta de que estaba equivocado, pues Sicario: Día del Soldado se las ingenia y, aún siendo una segunda parte totalmente innecesaria, logra convertirse en una experiencia gratificante, con una calidad muy superior a lo esperado.
Sinopsis: La guerra de las drogas en la frontera de Estados Unidos y México se intensificó debido a que los cárteles comenzaron a traficar terroristas para que crucen hacia el lado estadounidense. Para hacer frente a esta guerra el agente federal Matt Graver (Josh Brolin) vuelve a colaborar con el voluble Alejandro (Benicio Del Toro).
Sicario: Día del Soldado, filme dirigido por Stefano Sollima (Suburra), como dije en un principio me tenía con muy bajas expectativas. Sí, ver nuevamente a Josh Brolin y Benicio Del Toro en los papeles de Matt Graver y Alejandro siempre fue algo tentador, además de un recordatorio de que la película no podía ser del todo mala, pero me daba la impresión de que una segunda parte no tendría mucho más que entregar. Desde un inicio, me di cuenta de que la cinta escrita por el hombre detrás de la primera entrega tenía un as bajo la manga; apostar por mostrarnos la cruda realidad que viven habitantes de México y Estados Unidos debido al narcotráfico y terrorismo. De esta forma, con mucho drama y una critica social implícita respecto a la situación actual de EE.UU y México, la cinta comenzó con el pie derecho.
Con dos horas de duración aproximada, las que podrían sentirse demasiado largas para quien espera una película de acción, al más puro estilo de Rápido y Furioso, y un argumento que nos sumerge en un drama muy humano, cargado de tensión y cuotas de acción precisa, la película de Del Toro y Brolin -hay que decirlo, es su película- logra hacer que la atención del espectador se divida de igual manera entre el drama y la acción.
Afirmo que la cinta pertenece casi enteramente a los actores conocidos por sus papeles de Thanos (Vengadores: La guerra del infinito) y Fenster (Los sospechosos de siempre) –digo casi ahora, pues la actuación de Isabela Moner es brillante también– porque ambos sin duda aportan a que esta sea seria, intensa y muy disfrutable con sus sólidas interpretaciones.
Estamos frente a una secuela que al tomar distancia de la acción grosera, logra mantener la sobriedad de su antecesora y presentarnos escenas con una fotografía muy bien cuidada, junto a una banda sonora inmersiva y una historia con personajes y situaciones muy reales y cotidianas.
¿Un poco densa? Sí, las aventuras de Guillermo Del Toro y Josh Brolin están empapadas de cuestionamientos morales que se conectan muy bien con escenas de acción terriblemente gráficas. El ritmo de la película avanza fluidamente debido a esto mismo, ya que luego del drama y los diálogos tenemos escenas de acción muy tensas, las que logran mantenernos al borde del asiento lo justo y necesario.
Sicario: Día del Soldado es esa segunda parte que quizás nadie pidió, pero que logra eclipsar la incertidumbre de los espectadores respecto a su calidad al presentar una historia muy a la altura, que sin sacrificar demasiado de la esencia que la hizo popular consigue innovar para ser una cinta contundente en muchos sentidos. Los claros indicios de una tercera entrega esta vez no me hacen desconfiar del todo, pienso sería difícil que el cierre de la posible trilogía Sicario llegara a defraudarme.
Sicario: Día del Soldado se encuentra en cines desde este jueves 28 de junio, y si estás en búsqueda de una cinta muy entretenida con las cuotas precisas de acción y drama te recomendamos enérgicamente que la vayas a ver.
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