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Se acaba el 2019, y con ello llega una de las fechas más esperadas por los fanáticos de Star Wars: 19 de diciembre, el estreno del Episodio IX de la famosa saga galáctica. Bajo el titulo «Star Wars: El Ascenso de Skywalker» (Star Wars: The Rise of Skywalker), la película llega como una conclusión y final de la saga Skywalker como tal.
Dirigida por J.J. Abrams, «El Ascenso de Skywalker» es protagonizada por Daisy Ridley, en el papel de Rey; Adam Driver, como el villano Kylo Ren; Oscar Isaac, en el papel de Poe Dameron; y John Boyega, en el papel de Finn. Junto a ellos, destaca la participación de Carrie Fisher, Mark Hamill, Keri Russell, Domhnall Gleeson, Billie Lourd, Lupita Nyong’o y Billy Dee Williams.
Sinopsis: Lucasfilm y el director J.J. Abrams unen sus fuerzas una vez más para llevar a los espectadores a un viaje épico con STAR WARS: EL ASCENSO DE SKYWALKER. En esta fascinante conclusión de la saga Skywalker, nacerán nuevas leyendas y se librará la batalla final por la libertad.
Existen tres tipos de reacciones tras ver «Star Wars: El Ascenso de Skywalker», algunos la odian, otros dicen que cumple con lo que debe, y otros la aman. Por mi parte, puedo afirmar que me encuentro dentro del tercer grupo.
El último episodio de Star Wars vuelve a esa magia que, en lo personal, me conquistó. Nos lleva por nuevas aventuras, nuevos mundos y nuevos personajes, que se unen en esta guerra entre la luz y la oscuridad, entre el imperio y la democracia, entre el poder interior que posees y el cómo decides utilizarlo. Porque somos uno con la fuerza, y la fuerza está con nosotros.
Lamentablemente, esta última trilogía de la saga se siente apresurada (demasiado). Existen varios vacíos en la trama, errores, y situaciones que no terminan de encajar bien. Se nota mucho que los guionistas tuvieron que trabajar bajo presión, más que por sacar secuelas de calidad, por sacarlas en los tiempos solicitados por la compañía, por cumplir con las fechas de estreno prefijadas.
Me hubiese encantado que J. J. Abrams (Star Wars: El Despertar de la Fuerza) dirigiese la trilogía completa, esta novena parte llega para unir varios detalles de la séptima, se nota la continuidad, los conflictos presentados inicialmente y el cómo cada uno de estos nuevos personajes ha evolucionado, ha crecido para cumplir con un destino decisivo.
«El Ascenso de Skywalker» arregla varios detalles que no terminaron convenciendo en su octava entrega (Star Wars: Los Últimos Jedi), situaciones y personajes de relleno son eliminados de la trama principal, enfocándose por completo en la historia que nos compete. Y además, quitando los chistes estilo Marvel y regresando a ese humor tan característico de la saga; la comedia no es forzada, se da de forma natural, como debe ser.
No me malinterpreten, Rian Johnson es un tremendo director (no por nada este 2019 nos dio una de las mejores películas del año con «Entre Navajas y Secretos»), sin embargo, su visión de Star Wars es muy diferente a la de J. J. Abrams y eso hace sentir fuera de lugar al octavo episodio, es más, de no ser por ciertos detalles que marcan la continuidad con la novena entrega (como la conexión entre Kylo Ren y Rey), fácilmente podríamos eliminar el episodio de al medio en esta trilogía.
«El Ascenso de Skywalker» no puede verse como un cierre de trilogía, en comparación a «El Retorno del Jedi» (1983) y «La Venganza de los Sith» (2005), sino más bien, como un cierre de saga. Algo que te puede agradar, como desagradar.
Se nota la intención de dar un cierre a la saga Skywalker, quizá para poder abordar otras temáticas del mundo de Star Wars en el futuro, tal como lo visto en «Rebels» (2014-2018), «Rogue One» (2016) y «The Mandalorian» (2019); tal como dice Kylo en el Episodio VIII: «dejar morir el pasado, matarlo si es necesario«. Y de cumplir con las expectativas y peticiones de los fans, de dejar contentos a la gran mayoría posible. He aquí un gran error del filme, dejar que las peticiones de los fans influyesen dentro de la trama como tal.
El Episodio XI de Star Wars cumple al cerrar una trilogía repleta de errores de continuidad y personajes que están solo para cumplir con la cuota de merchandising (sí, Capitana Phasma, hablo de ti), un recuerdo a tiempos pasados y un viaje a una galaxia muy, muy lejana. Que logra cerrar la historia de estos nuevos personajes, en donde el principal villano es el poder que posees, y el cómo cada una de tus decisiones puede afectar no solo a ti, sino a una galaxia completa.
Star Wars no es perfecta, pero lo que significa sí lo es. Y en mi caso, salí con una sonrisa de oreja a oreja después de ver un filme hecho con cariño y amor por la saga que ha marcado a tantas generaciones.
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