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Mi primera vez con IMAX fue hermosa. Gracias a la gente de Warner Bros. Pictures Chile pude asistir a la función de prensa de «Sully: Hazaña en el Hudson«, película que fue grabada en su totalidad con cámaras IMAX y que tuve la suerte de ver en ese mismo formato. ¿Se nota? ¿Es un buen agregado a esta película que, de por sí ya es maravillosa? Todas mis impresiones en la siguiente reseña.
Sinopsis: «Sully, que se vio obligado a tomar drásticas medidas para evitar una muerte segura, logró salvar la vida de los 155 pasajeros y tripulantes que iban a bordo. Tras esta asombrosa hazaña sin precedentes, el piloto se convertiría en un héroe nacional. Sin embargo, posteriormente se desencadenaría un drama que afectó a su reputación. Así, Sullenberger tuvo que hacer frente a multitud de entrevistas y juicios para esclarecer lo ocurrido, que marcaron su vida tanto personal como profesional.»
La película se basa en la historia real sobre el aterrizaje de un avión de pasajeros en el río Hudson a manos del capitán Sully. Debo reconocer que siempre es grato ver a Tom Hanks interpretar este tipo de papeles, ya que sacan lo mejor de su capacidad actoral. La historia se nos cuenta de una manera no lineal, y con una multiperspectividad que en cierto punto del film nos hace reflexionar sobre las acciones del capitán Sully. Esto le otorga a la película una profundidad inmersiva e interesante y la hace ser mucho más que solo una cinta sobre un accidente aéreo, lo cual se agradece bastante.
La dirección, a manos de Clint Eastwood, es maravillosa. Me sorprende de grata manera que un ser humano de 86 años logre dirigir y crear una película de este calibre. Todas las acciones y situaciones que ocurren en el metraje están muy bien planteadas y ejecutadas. Nos encontramos frente personajes que generan una multiperspectiva que aporta a que la película se nos cuente desde diferentes lugares, todas iguales de interesantes que la «principal».
La inmersión se ve aumentada también gracias al efecto de las cámaras y la sala IMAX. Las escenas del avión se sienten muy reales, tanto así que muchas veces me sentía estremecido, tensionado. Un placer que la película sepa desarrollar aquel sentimiento en el espectador, sobre todo porque no es una tarea fácil.
Pero además de la sensación de tensión, esta película logra hacer de manera muy efectiva una crítica a la reacción de los medios y la burocracia frente al acto del Capitán Sully. Clint Eastwood logra posicionarnos en los zapatos del piloto y es por ello que recibimos todo el cuestionamiento y podemos entender la presión que él vivió. Por tomar una decisión que él creyó correcta, y que por cierto, salvó cientos de vidas; por lo que es criticado y cuestionado. Además somos testigos del constante acoso de la prensa, que en su labor informativa muchas veces pasa a llevar la integridad y privacidad de las personas.
El elenco se compone por connotados actores; tenemos a Anna Gun (conocida por su papel de Skyler en la serie dramática Breaking Bad), al actor Aaron Eckhart, quien interpreta a la mano derecha del capitán Sully en la cabina aérea, a Valerie Mahaffey y Delphi Harrington. Quienes aportan seriedad y buenas actuaciones a esta película.
Otro punto sumamente positivo de Sully es su duración de una hora y media. Es un gusto ser espectador de una historia tan bien armada que sabe aprovechar al máximo los tiempos y no comete el error de alargarse indebidamente. Al estar también grabada en cámaras IMAX se entiende la corta duración. Pero créanme, más que ser un punto negativo es algo muy positivo.
En definitiva Sully es una película que tiene todas las de ganar. Un elenco que cumple su trabajo de manera impecable (destacar la actuación de Tom Hanks), un apartado técnico que sabe cómo sumergir al espectador en la cinta, una historia muy bien elaborada en conjunto con una dirección que nos demuestra nuevamente que tenemos Clint Eastwood para rato, gracias a Dios.
Para finalizar me gustaría invitarl@s a ver esta maravillosa película. Si tienen los recursos necesarios les diré que vayan a verla en formato IMAX, pero si no es así no se preocupen: el disfrute de la película no se debe a la experiencia IMAX en sí, sino a lo maravilloso que la cinta puede llegar a ser. El formato vendría siendo un agregado que se agradece bastante, pero no algo necesario.
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