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Entre tanta fantasía acerca de superhéroes, justicieros y vigilantes, aparece “TALIÓN”, drama que aborda una realidad transversal que se oculta bajo siete llaves en nuestra sociedad; la pedofília.
Sinopsis: Amira (Viviana Rodríguez), es una periodista que busca el reportaje que hará despegar su carrera. Repentinamente se verá involucrada en una compleja trama policial cuando un enigmático enmascarado le envía videos que muestran el secuestro y castigo a pedófilos. El comisario Fuenzalida (Ramón González), de la PDI investiga el caso y presionará a Amira para que revele la identidad de “Mirubín”. Ella estará en la contradicción entre seguir las vías legales o dejar que Mirubín haga justicia por sus propias manos.
La gran interrogante entre los héroes, motivo de conflicto y debate, yace en la necesidad de tener una figura de confianza que, además de representar al pueblo, sea capaz de hacer justicia en mundo donde las entidades responsables de protegernos fallan…
¿Es necesario un justiciero? Talión se apodera de esta interrogante y pone en el tapete un tema tabú en nuestra sociedad. Un vigilante (o justiciero), que se encarga de enjuiciar a todos los pederastas. Tomándose todas las atribuciones para castigar a estos criminales que día a día quedan impunes ante la ley.
Con la ayuda de una periodista (al más puro estilo de Louis Lane), nuestro enmascarado justiciero consigue sacar la verdad a la superficie, develando las fechorías de múltiples criminales, desde la clase media hasta la clase política.
“Talión” nos da una retorcida lección de justicia con un fuerte e inquietante relato, que no escapa a la realidad. Un acto de venganza que extrañamente se hace necesaria. Basta con mirar unos minutos el noticiero central para darnos cuenta que la credibilidad de las instituciones, encargadas de velar por nuestra seguridad, está por el suelo. Porque cuando las instituciones dejan de funcionar, se deja de creer en ellas…
Una película intensa, llena de interrogantes con un sorpresivo giro que se mueve veloz entre pasado y presente para ir hilando la historia; una que no dejará indiferente a nadie. Una cinta necesaria de ver para reflexionar acerca de un tema tan delicado y peligroso que existe, por mucho que se quiera ignorar.
¿Tendremos alguna vez nuestro propio Batman o Daredevill? Real o no, es una posibilidad, que cada vez se ve más real y necesaria.
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