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Los diálogos son un elemento fundamental en el cine, tanto así que muchas veces son el recurso más explotado por los directores a la hora de contar una historia. El «contar mucho diciendo poco» no es muy común hoy en día, y el carácter explícito de las películas muchas veces mata la gracia principal del séptimo arte: contar historias mediante la utilización de imágenes. John Krasinski logra convertir su filme «Un Lugar en Silencio» (A quiet place) en una apología al silencio y a la falta debidamente justificada de diálogos. El debut de Krasinski como director es sublime, y nos entrega una película que en su hora y media de duración es capaz de transmitir una alta dosis de tensión y drama.
Sinopsis: Una familia vive una existencia aislada en absoluto silencio, por temor a una amenaza desconocida que le sigue y ataca con cualquier sonido.
La cinta protagonizada por Emily Blunt, John Krasinski, Millicent Simons y Noah Jupe comienza en silencio y sin explicarnos nada en absoluto. La premisa de la historia es sencilla, pero condiciona de manera inteligente toda la interacción de los personajes, quienes deben evitar hacer cualquier tipo de ruido para poder sobrevivir. Este silencio al que se ven sometidos los sobrevivientes ayuda a crear un suspenso en el espectador, quien no tendrá oportunidad de relajarse en casi toda la película.
Las actuaciones de todos los miembros son increíbles, pero a modo personal quisiera resaltar la inmensa capacidad interpretativa de los actores más jóvenes, quienes presentan una química muy rica entre sí, y sostienen la película en varios momentos sin ningún problema.
Otro punto sumamente positivo de la presente cinta es su banda sonora que, en conjunto con el buen uso del silencio, logra crear un ambiente muy tenso en torno a las acciones de los personajes. Los protagonistas deben guardar silencio en todo momento, generando extremo nerviosismo toda vez que se oye venir el inevitable y dramático sonido, acompañado siempre de terribles consecuencias.
Además de una excelente banda sonora y actuaciones del primer nivel, la cinta cuenta con una fotografía que logra explotar la falta de conversación, pues nos muestra la interacción muda de una manera atractiva y desde luego, atrapante.
Por otro lado, el contexto general de la película puede parecer difuso a ratos, ya que nos enfrentamos a una trama no explicita y, aunque esto pudiera ser un punto negativo, demuestra con creces lo contrario; nos hace centrar toda nuestra atención en la familia protagonista.
En conclusión, la primera película dirigida por John Krasinski -quien además interpreta al padre de la familia- tiene un propósito ambicioso que es cumplido con méritos de sobra en su hora y media de duración. «Un Lugar en Silencio» logra mantenernos tensos y pendientes. La falta de diálogos nunca será un problema, es más, viene a jugar un papel fundamental dentro de la trama y; asimismo, en la manera en que la película es disfrutada.
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