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Si bien es fácil hablar de películas buenas y malas, la verdad es que es complicado hablar sobre películas buenas pero que pueden ser percibidas como malas por motivos de mala publicidad. Casos como lo fue con «La Aldea» («The Village») en 2004, «La Bruja» («The VVitch») en 2016, y ahora, se repite lo mismo con «Viene de Noche» («It Comes At Night»), una película que muchos han estado promocionando como una de las mejores películas de horror en el último tiempo, cosa que si bien es acertada en buena medida, no lo es en la forma que nos están haciendo ver.
Sinopsis: La cinta relata la historia de un hombre (Joel Edgerton) que descubre que el mal que acecha su hogar puede ser solo el preludio de los horrores que están por venir. Seguros dentro de una casa desolada mientras que una amenaza natural aterroriza el mundo, el frágil orden doméstico que ha establecido con su esposa y su hijo es puesto a prueba con la llegada de una familia desesperada buscando refugio. A pesar de las mejores intenciones de ambas familias, la paranoia y desconfianza aparecen conforme los horrores de fuera se aproximan, despertando algo oculto y monstruoso dentro de él mientras él aprende que la protección de su familia es a costa de su alma.
Con una sinopsis y trailer así, sería fácil asumir que nos vamos a enfrentar a una película de terror psicológico donde se construye la tensión para la presencia de alguna criatura que se mantiene oculta en la oscuridad en medio de todo este escenario post-apocalíptico de un mundo arrasado por una enfermedad letal. La realidad es que el ominoso título de la cinta no alude a ningún monstruo o entidad, sino que simplemente se refiere a la paranoia y el miedo que nos absorbe al momento en que la oscuridad cae; y esa es la idea que hay que reforzar con esta película, que es un thriller psicológico con énfasis en el drama y el estudio del miedo y la corrupción que el mismo causa sobre las personas.
Trey Edward Shults («Krisha») demuestra que tiene un muy buen ojo para crear ambientes, siendo esta solo su segunda cinta. El cineasta logra desarrollar una atmósfera llena de angustia, soledad, pánico y paranoia sin mostrar absolutamente nada que salte súbitamente a la pantalla, sino que se limita a lo sutil y se restringe a las expresiones y acciones de sus personajes conforme se desenvuelven con sus entornos, sea un bosque penumbroso y silencioso, o una enorme casa completamente oscura y llena de sospechas.
El reparto también hace un buen trabajo, en especial Joel Edgerton («El Gran Gatsby»; «La Última Pelea») como Paul, quien muestra cómo un hombre bueno puede ser corrompido por el miedo y la paranoia de las amenazas que podrían terminar con su familia; Christopher Abbott («Reporteras en Guerra»; «James White») como el bienintencionado pero precavido Will; y por sobre todo, Kelvin Harrison Jr. («El Nacimiento de una Nación») como el protagónico hijo de Paul, Travis, quien es básicamente el personaje con el que es más fácil empatizar, porque es quien afronta los miedos y la incertidumbre que la audiencia tiene frente a un mundo que no conocemos, pero que asimismo sigue teniendo a pecho y conciencia el sentido de humanidad que su padre ha tenido que borrar para mantener a su familia viva.
Lo que aplaudo de la película es el querer construir terror a partir de lo que el miedo puede crear al llevar a la gente a hacer cosas inimaginables dentro de lo que concebimos como sociedad. Es el terror de no saber de los límites que somos capaces de cruzar por sospechas de las cuales no tenemos las bases suficientes para sustentar, pero de todas maneras preferimos creer si es que el hacerlo implica mejores resultados para nosotros. Básicamente es una analogía respecto a cómo el miedo siempre será nuestro peor enemigo; y todo se resume en cómo nosotros decidimos afrontarlo: o buscamos la forma de superarlo o dejamos que nos consuma al punto de volvernos los monstruos.
Asimismo, el director busca transmitir su mensaje no tan solo a través del viaje de sus personajes, sino también mediante aspectos técnicos, principalmente destacando su juego con la proporción de la imagen para distinguir entre los sueños de Travis y lo que es la realidad. Esta dinámica es sumamente interesante por la suma relevancia interpretativa que juega al final de la película; cosa que no revelaré por motivos de spoilers, pero que les aseguro abre las puertas a discusiones sumamente interesantes.
Ahora, si vamos a hablar de problemas con las película, la verdad es que hay unos cuantos. Por un lado, cabe mencionar que si bien aplaudí las interpretaciones de 3 de los artistas del reparto, la verdad es que el resto de los personajes podrían haber tenido más desarrollo con el fin de tener un protagonismo más útil, pero en cambio quedan relevados a un segundo plano sumamente estático y poco interesante. Carmen Ejogo («Selma»; «Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos») y Riley Keough («Magic Mike»; «Mad Max: Fury Road») son actrices sumamente talentosas a las cuales no se les da mucho material con el que trabajar en esta película, por lo que si bien dan su todo a la hora de interpretar a sus personajes, lamentablemente caen en la falla de tener roles poco memorables que agreguen mucho a la historia y a la profundidad humana del mensaje que la cinta busca transmitir.
Por el otro lado, también se podría considerar como una falla, o al menos como un factor que puede tomarse como una fortaleza o como una falla, el hecho de que no es una película de horror como la publicidad la ha hecho ver. Es un thriller psicológico que se toma su tiempo, y hace énfasis en el drama de la situación de sus personajes, por sobre construir sobre un terror convencional. La película construye un ambiente tenso y se toma su tiempo con ello, y lidera a un final ambiguo que podría ser considerado brillante para algunos, como podría ser considerado un aburrimiento para otros. Y ese es el riesgo principal que la cinta toma, por lo que las audiencias van a quedar polarizadas definitivamente; todo depende de la mentalidad con la que vayan a ver la película y el tipo de terror que uno disfrute.
Para finalizar, «Viene de Noche» es una película muy bien lograda tanto respecto a su mensaje como su narrativa, explorando el terror detrás de la bestia en que el hombre se puede convertir a raíz del miedo, hasta el punto de vivir la propia pesadilla que había buscado evitar desde un principio. Si bien su estructura y falta de terror convencional irá a polarizar a varios, no deja de ser una película que aplaudo por querer poner una propuesta nueva en la mesa en vez de seguir optando por lo mismo, y que asimismo remita a la noción de que incluso un género como el del terror nos puede hacer reflexionar sobre el entorno que nos rodea y sobre nosotros mismos. Una película que fuertemente recomiendo para todos los amantes del buen cine y del terror más interpretativo.
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