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De la exitosa autora de la saga «Legend», Marie Lu, llega una nueva obra llena de aventura y tecnología, tan ágil y emocionante que no te soltará hasta terminar.
Sinopsis: Para ellos, Warcross es mucho más que un juego, es un modo de vida. La obsesión comenzó hace unos años y ahora los seguidores de Warcross están dispersos por todo el mundo, algunos ansiosos por escapar de la realidad y otros, esperando hacer algún negocio. Emika Chen, una joven hacker, trabaja como cazarrecompensas persiguiendo a los jugadores de Warcross que hacen apuestas ilegales. Pero el mundo de los cazadores es muy competitivo y sobrevivir en él se convierte en una verdadera hazaña. Emika necesita dinero y se arriesga a ingresar ilegalmente al juego inaugural del Campeonato Internacional de Warcross… y, por una falla técnica, termina metiéndose dentro de la acción y convirtiéndose en furor de la noche a la mañana.
Convencida de que la arrestarán, Emika no puede creerlo cuando recibe una llamada de Hideo Tanaka, el creador del juego, con una oferta irresistible: necesita un espía dentro del torneo para desentrañar un problema de seguridad y quiere que ella se encargue. Rápidamente, la envían a Tokio, donde se ve sumergida dentro de un mundo de fama y dinero. Pronto su investigación se vuelve cada vez más oscura y se da cuenta de que la persona que está violando la seguridad del juego puede traerle consecuencias terribles al imperio de Warcross.
Mi principal problema con el libro fueron mis prejuicios, que me impidieron disfrutarlo desde la primera página. El libro se enfoca en un mundo dominado por lo virtual, en donde un videojuego consume la vida de la sociedad, por lo que automáticamente no pude evitar la comparación con NERVE, que pese a tener una buena idea, deja bastante que desear. Además existe este arquetipo de hombre millonario misterioso y dañado como probable objeto romántico, que tampoco me entusiasmó de primeras. Pues bien, déjenme decirles que estos prejuicios sólo entorpecieron mi lectura, impidiendo que le tomara el ritmo a la historia, que nada tiene que ver con lo que pude haber pensado en un inicio.
La narración es atrapante, entretenida y la historia se va tejiendo compleja, detallada pero no hostigante, mezclando en dosis justas futurismo, acción, drama y suspenso. Algo interesante es que el libro no se queda meramente en una historia entretenida, si no que incluye una reflexión a cómo las tecnologías influyen en la vida actual y a la moral de la sociedad, en un límite difuso entre lo favorable, lo bueno y lo permitible, convirtiéndolo en un libro que da un paso más allá de la lectura para «pasar el rato», y siendo un elemento que demuestra que no siempre la literatura YA es superflua e irrelevante.
Warcross abarca una gama muy amplia de personajes, y si bien algunos que tienen mucho potencial son escasamente desarrollados, los personajes principales son lo suficientemente atrayentes y complejos como para pasar este detalle por alto esperando que recupere en las próximas entregas. Nuevamente nos encontramos con un protagónico femenino, que a diferencia de lo que frecuentemente se presenta, este es un personaje muy humano, con el que nos es posible empatizar, tanto en sus fortalezas como en sus debilidades, porque sí, no es dama en peligro. Inteligente, impulsiva, arriesgada y valiente, Emika Chen es personaje geniuno y en constante desarrollo, que tiene aún mucho por mostrar.
El antagonista de este libro es sin duda una de las cosas que más me gustó. Su rol se define no porque quiera hacer el mal, si no que porque dentro de la historia sus metas no son justas o morales. Ojo que tampoco son banales, pues tiene principios y motivaciones claras y definidas, que plantean un verdadero dilema al lector, incluso cuando el libro ha terminado, pues conecta con un futuro que no está muy lejano de ser real.
La dinámica del libro es muy entretenida, situándonos paisajes futuristas muy gráficos y entretenidos de imaginar, pero también en contextos en donde lo más importante son las emociones de los personajes, haciéndonos saltar de la entretención a la emotividad, todo en un equilibrio donde el foco más importante es resolver el misterio planteado.
La edición (del sello juvenil VR YA) es distribuida en Chile por Editorial Zig-Zag, y aunque no es tan linda como la edición norteamericana, incluye un montón de detalles gráficos que acompañan el enérgico flujo del texto, haciéndolo aún más visual.
Sin duda me sorprendí gratamente con este libro, pues no esperaba terminar tan ansiosa de leer la segunda parte, y es una lectura más que recomendada.
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