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Ya han pasado 16 años desde que se estrenó la primera entrega de la popular saga de los X-Men en el año 2000. Desde entonces, la franquicia ha estrenado 8 películas (contando Deadpool), de las cuales destacan las entregas dirigidas por el hombre que comenzó con los cimientos de todo, Bryan Singer (X-Men; X2; X-Men: Días del Futuro Pasado), quien también nos entrega este nuevo capítulo en la historia de los populares mutantes. ¿Logra Singer seguir con su buena racha? A pesar de lo que estén diciendo algunos críticos por ahí, este hombre sigue sin perder su poder mutante de hacer las mejores adaptaciones de los populares héroes.
Sinopsis: La película transcurre en los años 80, 10 años después de los hechos ocurridos en Días del Futuro Pasado. El mutante En Sabah Nur (Apocalipsis) – quien es de hecho el primer mutante del mundo – ha despertado después de cientos de años, y tras ver los desarrollos que son producto de la evolución de la civilización humana, se determina a erradicar el mundo construido por los humanos y cementar uno nuevo de mutantes evolucionados a partir de sus cenizas. Los personajes centrales de las entregas anteriores, Charles Xavier (Profesor X); Erik Lehnsherr (Magneto); y Raven Darkhölme (Mystique), entre otros; deben enfrentar los planes de Apocalipsis y determinar si estarán de su lado o lucharán contra él para salvar el mundo. Eso es la historia en aspectos más resumidos, ya que también cuenta con muchos otros arcos de historia que se llevan a cabo mediante la película transita.
Bryan Singer logra crear posiblemente una de las 3 mejores entregas dentro de la saga, y son muy pocas cosas las que la mantienen de ser la mejor. Son varias cosas las que hay que destacar, así que a ponerse en marcha.
Empezando por los aspectos notables, siguen destacando los personajes de Charles Xavier y Magneto, tanto en cuanto a sus historias personales, como en la amistad entre ellos. Michael Fassbender se roba la película en cada escena que aparece, un logro constante en las películas de Singer, es que logran volverlo cada vez más empático con la audiencia. En cada entrega logramos aprender más del personaje y conocerlo a fondo, de manera que si bien sus acciones no puedan ser las indicadas, no evita que podamos comprender su motivación detrás de ellas, las cuales son sumamente emotivas y tristes (hay una escena en un bosque que no voy a spoilear, pero es notable el impacto emocional que logra).
James McAvoy como el Profesor X también excede en su rol, pero por los motivos opuestos. A medida que lo hemos visto progresar desde que fue presentado su origen en X-Men: Primera Generación, vemos ahora a un Xavier mucho más adecuado al personaje que conocimos en un principio, en su versión más adulta; un personaje sabio pero que sigue aprendiendo, un líder incondicional y que ya no duda sobre cuál es su posición frente a las adversidades; a pesar de ser quien tiene el poder, no dejará de proteger a los que no; y el refuerzo de esa cualidad está muy bien lograda por parte de McAvoy, quien logra resaltarlo de manera heroica sin recurrir a clichés vergonzosos.
La siempre adorada Jennifer Lawrence también sigue reluciendo como Mystique, pese a que su protagonismo en esta entrega no es tanto como el que uno acostumbró en las entregas anteriores. Sin embargo, ella destaca como un personaje que se mantiene constantemente en el balance entre las ideologías extremas, en donde rescata ideas tanto de su mentor y hermano espiritual, Xavier, y las ideas de supremacía de Magneto. Es un personaje que es presentado como una vigilante, forajida, sin una alianza completamente definida, pero que siempre defenderá a los mutantes del mundo.
En un detalle más compacto; Quicksilver (Evan Peters) vuelve nuevamente en pequeñas dosis, y se roba cada momento en el que aparece. Si creían que su rol en «Días del Futuro Pasado» era increíble, lo que logra aquí no es nada corto de brillante. Asimismo, dentro del resto de los mutantes, destaca Hank McCoy (Nicholas Hoult), también conocido como Beast; la esencia del personaje sigue igual desde que lo conocimos en Primera Generación; inteligente, sensato, y determinado al momento de requerir serlo.
Los efectos visuales siguen siendo impresionantes, y dado que esta es una película en donde predomina la destrucción en una escala gigantesca, los logros son extremadamente notables e increíbles. No hay límites para el sinfín de poderes que los mutantes puedan tener; con una producción así, cualquier cosa puede cobrar vida en la pantalla, y se agradece.
Ahora, hay que bajar un poco lo que es la emoción y el fanatismo, y poner el ojo crítico, porque como en todo, no hay perfección absoluta. Para empezar, Apocalípsis, si bien está muy bien interpretado por el siempre notable Oscar Isaac (Star Wars: El Despertar de la Fuerza); no es un villano muy notable. Es completamente funcional, y mucho mejor que varios de los malos que frecuentamos ver en las películas de Marvel; pero a pesar de tener una motivación que si bien se entiende y está bien fundamentada, no deja de sentirse muy cliché en relación con lo típicamente esperable de un villano de cómic; y eso defrauda especialmente en una película de X-Men, porque cuando tenías un malo principal como Magneto, había toda una tridimensionalidad a la motivación que tenía, y a pesar de tanto poder mutante, no dejaba de tener una empatía humana en sus actos.
Por otro lado, hay que criticar también que todos los nuevos mutantes que prometieron (o sus versiones más jóvenes), si bien están bien interpretados, tienen un protagonismo leve. Scott Summers/Cyclops, quien es interpretado por Tye Sheridan (Jurassic World), está bien logrado en cuanto a su origen, pero se debe al enganche que se logra a través de su hermano, Alex/Havoc (Lucas Till), a quien conocimos en Primera Generación; por lo que hay una historia previa que nos engancha, y no requiere partir desde cero. Jean Grey que es interpretada por Sophie Turner (Sansa en Game of Thrones), es completamente funcional y cumple su rol, pero les aseguro que pudo haber sido interpretada por cualquier otra actriz y hubiera sido igual de funcional (y no se hubiera requerido el marcado esfuerzo en ocultar el acento inglés). Nightcrawler (Kodi Smit-McPhee) sigue sin tener la historia de origen que yo esperaba desde que presentaron al personaje en X2 (2003); nuevamente, funciona, pero le falta su tridimensionalidad.
Asimismo, uno de los puntos fuertes en los que se enfocó la promoción de la película, era el de los cuatro jinetes que tendría Apocalipsis: Angel (Ben Hardy), Psylocke (Olivia Munn), Storm (Alexandra Shipp) y Magneto. Aparte de tener muy poco protagonismo y relevancia en la historia, Magneto es el único que destaca porque ya tiene todo un personaje desarrollado desde entregas anteriores, y sigue evolucionando; los otros tres en cambio, tienen un personalidad muy lineal, lo cual decepciona dado que Storm es uno de los X-Men centrales en otras entregas, y Olivia Munn (The Newsroom) es una excelente actriz que se ve desperdiciada en Psylocke, ya que su único rol en la película es el de luchar cada vez que está en pantalla.
Hay también una observación, que más que algo malo o bueno, es un punto medio. Hay una escena particular en la película que toma entre 15 y 20 minutos, en la cual (tal como sugiere el trailer), hay un cameo que todos han estado esperando. Y la escena cumple en ser fantástica y ser una aparición del personaje que le rinda el tributo que uno espera después de su historia. Y sin embargo, al momento de medir su relevancia en la historia, es casi nula. El motivo de esto es porque una vez terminada la película, pensé en lo que ocurre en la escena y la verdad es que no ayuda a una progresión de la historia, a no ser que cumpla como guiño a próximas entregas, lo cual se ve reforzado por la escena post-créditos (hay una escena post créditos, pero en mi opinión, va a causar impacto solo para los fanáticos de los comics); pero ese no debería ser el único propósito de una escena. Así que tenemos un caso de un elemento desbalanceado, entrega de manera satisfactoria, pero no es del todo necesario. Dejo a su juicio si lo toman como un pro o un contra.
Para finalizar, a pesar de las fallas mencionadas; X-Men: Apocalipsis sigue siendo una increíble entrega de la saga, y la verdad es que en mi opinión, sería mejor que «Días del Futuro Pasado» de no ser por las críticas que mencioné. Tiene una historia bien lograda y desarrollada, los personajes que más nos importan siguen siendo fieles a sí mismos y siguen evolucionando en seres aún más notables, y tiene el espíritu X-Men que Singer bautizó hace ya tantos años, y que es la esencia cinematográfica más fiel a los personajes de los cómics. A pesar de ser una sobredosis de gen X con tantos personajes, es un exceso que estoy felizmente dispuesto a volver a experimentar nuevamente.
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