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Sinopsis: Zoolander 2 es la secuela de la controvertida comedia basada en el mundo de la moda protagonizada por Ben Stiller (‘Los amos del barrio’, ‘Un golpe de altura’) y Owen Wilson (‘Midnight in Paris’, ‘Los becarios’). Diez años después de conocerse entre las pasarelas y las sesiones de fotos, Derek y Hansel han sido olvidados, ya no significan nada, razón por la que se ven obligados a reinventarse. En esta nueva aventura en busca de la fama y el éxito que tuvieron, viajarán hasta Europa para enfrentarse a los nuevos celebrities que están en lo más alto.
Después de 15 años, el retorno del ya no tan cotizado Derek Zoolander se anunciaba a lo grande; trailers, publicidad por doquier y una pomposa Avant Premiere precedieron la llegada de la cinta al cine. Sin embargo, una vez estrenada fue destrozada por la crítica internacional, en donde actualmente el mundo quizás se toma todo muy enserio, y hasta las bromas revisten un trasfondo y un mensaje analítico de la sociedad.
Criticada por la burla en el personaje “All”, la simplicidad y redundancia de la película comparada con su predecesora, y su carente desarrollo de trama; parece que no sólo sus personajes tuvieron un retorno difícil en la película, sino también en la vida real.
Pero si hay algo que en este último tiempo he aprendido es a tomarme las comedias con liviandad, como el respiro de lo serio y complejo que es todo en el mundo hoy en día, y solo dejar que me hagan reír… y Derek Zoolander, con sus enormes ridiculeces, su poca inteligencia y su evidente torpeza lo lograron para mí.
Parodiando todo a su paso, e intentando abarcar -como es posible en 102 minutos- los grandes cambios a los que se enfrenta luego de una reclusión de 15 años, Zoolander sale a flote llevándose un montón de risas a su paso.
Con tantos cameos que en un momento me sentía casi como “Buscando a Wally”, pero sin la parte del escondite -siendo a mi juicio los más interesantes el de Sting, el de Kiefer Sutherland y el de Neil deGrasse Tyson-, intentando que no se me pasara ninguno.
Quizás requiere un poco de conocimiento del mundo gringo para reírse con ciertos chistes, pero aun así el principal encanto que tiene es la falta de habilidad de Derek para desenvolverse en su entorno. Una película que aunque parezca pretenciosa es sólo una sátira de la actualidad, la moda y la fama.
Dentro de sus personajes destacan el rol de Mugatu, el único que parece percatarse de la idiotez de Derek y usarlo a su favor. Mención honrosa a Benedict Cumberbatch como «All», es que después de tan maravillosas interpretaciones (Sherlock, Código Enigma) no puedo superar el asombro después su papel en esta cinta.
Una película liviana, en donde las risas abundan en la sala y que sin duda disfrutarás estas vacaciones.
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