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El Hilo Rojo es una película que ha dado mucho de que hablar, siendo cubierta por una polémica a estas alturas difícil de ignorar. A pesar de eso, sus protagonistas defienden que es una cinta que se defiende por sí misma y se hace destacar, algo que desde el principio, no me tenía bien segura.
Sinopsis: Una leyenda cuenta que un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. Un hilo que se puede estirar o contraer, pero nunca romper. Manuel (30) y Abril (23) parecen estar ligados por ese destino infalible pues, luego de conocerse en un avión, quedan flechados instantáneamente, sienten que son el uno para el otro. Pero el destino hace que se separen y no vuelvan a encontrarse hasta varios años después. Ahora el tiempo ha pasado y ambos han formado sus familias y están felizmente casados, pero el deseo, el amor y el destino los vuelve a atrapar poniendo en crisis sus valores y certezas. La duda, entonces, quedan instaladas: ¿Se puede amar a más de una persona a la vez, y estar destinado a pesar de todo?
Abril (Eugenia Suárez) y Manuel (Benjamín Vicuña), son los protagonistas de esta cinta dirigia por Daniela Goggi, quienes se presentan en dos posiciones muy distintas. Mientras Manuel cree haberse reencontrado con el amor, siéndole más fácil dejar de lado toda su vida y sentirse encantado, Abril está confundida, no puede escapar a lo que siente por más que lo intenta, mientras ve, muy a su pesar, caer lo que ha construido.
A mi parecer, hay algo trascendental en la producción del filme que por una razón u otra ha quedado fuera del marco: Si bien se promociona la película como «idea original de», el guión está basado en el libro homónimo de Erika Halvorsen, que es una novela erótica. Un hecho muy relevante y ampliamente ignorado, pues la película se ha mal promocionado como «de género» romántica. He ahí el origen de la fuerte tensión sexual entre los protagonistas, y las varias escenas a piel descubierta que se presencian, que mucho han sido criticadas por interpretarse con la simple intención de vender. También la manera simple y superficial de la que son abordados los hechos, y a pesar de los esfuerzos, la ausencia del verdadero romanticismo, porque esta NO es una película romántica.
Y si bien la leyenda original es abordada bien a la ligera, en el hilo rojo se trata de estar unido irreparable e inevitablemente a alguien más que de «todos tienen un felices por siempre». Se intenta mostrar el lado oscuro del destino, porque estar destinado a encontrar a una persona no necesariamente hace todo bueno o más fácil. Y lo que viven los personajes es un castigo al no poder huir del otro, y no poder continuar en paz con todo lo que ya habían concretado.
Viéndola desde ese punto, debo darle un tiro de gracia a la película. La química de los protagonistas se nota, y las habilidades actorales de quienes los interpretan también, las tomas destacan la belleza innata de China Suárez, así como la expresividad de los ojos de Vicuña con unos primeros planos que predominan.
Destaco el papel de los co-protagonistas: Bruno (Hugo Silva) y Laura (Guillermina Valdes) Ya que si en los protagonistas lo más palpable es el deseo que tienen el uno por el otro, es en estas, las parejas oficiales, en quien recae la labor de cargar con el peso emocional que conllevan las aventuras de los protagonistas.
La película se filmó en tres países distintos, y se intentó aprovechar los múltiples escenarios al máximo, quizás dándoles un poco más del protagonismo necesario.
Un aporte curioso es la interpretación de China del tema principal, You Know I’m no good, original de Amy Whinehouse, al que a todas luces se le intenta dar una importancia mayor a la que merece ¿ Será que se está intentando hacer camino como cantante? ¿O simplemente no quería desaprovechar la oportunidad de mostrar lo versátil que puede llegar a ser?
Y si bien la pieza no es una obra maestra, si eres capaz de dejar fuera el lío que la rodea y mirarla con otros ojos, creo que cumple muy bien con las metas para las que fue pensada: Entretener.
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