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Aquellos que hayan leído a Stephen King podrán coincidir conmigo en que él es rey indiscutible del misterio. Basta leer un par de líneas de sus libros para ser atrapado con relatos que se mueven entre el drama y la intriga.
Por eso que la adaptación a la televisión de su novela “La Niebla”, generó tanto ruido y expectativas entre los amantes del autor. Porque una serie da la oportunidad de abordar más temas, más personajes y más misterios… Siempre y cuando se haga bien.
Sinopsis: Luego de que una densa niebla se posa sobre un pequeño pueblo, sus habitantes deberán refugiarse para sobrevivir a las extrañas criaturas que se esconden en la niebla, luchando por mantener su cordura y moral intactas.
“The Mist” tiene todo lo necesario para ser una serie de culto; incluyendo a Frances Conroy (American Horror Story, Six Feet Under), Alyssa Sutherland (Vikings), y la participación de Erik Knudsen (Jericho, Continuum). Sin embargo, desde el primer episodio el programa firma su sentencia de muerte con una historia que se centra más en el drama adolescente que en el propio misterio, alargando de manera innecesaria la trama.
Con muchas cosas en el aire; como sucesos que dan por sentado que el espectador ya generó lazos con los personajes; muertes en exceso (y no a causa de la niebla); escenarios mal utilizados (como el centro comercial), donde la amplitud del espacio se pierde con tan pocos personajes atrapados en el lugar. Y lo más importante… La niebla. El principal personaje de la historia que asusta menos que el vapor de mis duchas matutinas.
Aquí es donde uno cae en las lamentables comparaciones existentes, como la película homónima del 2007, protagonizada por Thomas Jane (Hung, The Expanse), Marcia Gay Harden (Elsa & Fred, Magia a la Luz de la Luna), Toby Jones (Capitán América), junto a Laurie Holden y Melissa McBride (The Walking Dead), una excelente muestra de lo bien que resultan las cosas cuando se hacen bien.
Dirigida por Frank Darabont, el creador de “The Walking Dead”, la película logra capturar toda la esencia de la novela de Stephen King, proporcionando un relato lleno de suspenso, donde el drama y lo sobrenatural tienen el equilibrio perfecto, sorprendiendo con la historia y su desenlace. Lo opuesto a la serie, que deja bastante que desear.
Tal vez sea una cuestión de formato, ya que la película debe ser más precisa y concisa al momento de contar una historia, a diferencia de la serie donde los guionistas tienden a explayarse con historias alternativas…
Sin importar las causas o los culpables de la serie, podemos llegar a la conclusión de que “The Mist” es una las adaptaciones a la televisión más decepcionantes del último tiempo. Haciéndonos recordar lo sucedido con otra adaptación de King, “La Cúpula”, que pese a todos los esfuerzos y giros argumentales que presentó la historia (además de la participación de Britt Robertson en el elenco), terminó siendo cancelada luego de tres temporadas.
Y así es como “The Mist” se une al extenso repertorio de series que pasaron sin pena ni gloria por la televisión.
Pucha!